4 Cada uno se sentará bajo su parra Y bajo su higuera, Y no habrá quien los atemorice, Porque la boca del Señor de los ejércitos ha hablado.
5 Aunque todos los pueblos anden Cada uno en el nombre de su dios, Nosotros andaremos En el nombre del Señor nuestro Dios para siempre.
6 "En aquel día," declara el Señor, "Reuniré a la coja Y recogeré a la perseguida, A las que Yo había maltratado.
7 Haré de la coja un remanente, Y de la perseguida una nación fuerte. Y el Señor reinará sobre ellos en el Monte Sion Desde ahora y para siempre.
8 Y tú, torre del rebaño, Colina de la hija de Sion, Hasta ti vendrá, Vendrá el antiguo dominio, El reino de la hija de Jerusalén.
9 Ahora, ¿por qué gritas tan fuerte? ¿No hay rey en ti? ¿Ha perecido tu consejero, Que el dolor te aflige como a mujer de parto?
10 Retuércete y gime, Hija de Sion, Como mujer de parto, Porque ahora saldrás de la ciudad Y habitarás en el campo, E irás hasta Babilonia. Allí serás rescatada, Allí te redimirá el Señor De la mano de tus enemigos.