1 Después el Señor habló a Moisés y a Aarón:
2 "Este es el estatuto de la ley que el Señor ha ordenado: 'Dile a los Israelitas que te traigan una novilla alazana sin defecto, que no tenga manchas y sobre la cual nunca se haya puesto yugo.
3 Y ustedes se la darán al sacerdote Eleazar, y él la sacará fuera del campamento, y será degollada en su presencia.
4 Entonces el sacerdote Eleazar tomará con su dedo de la sangre, y rociará un poco de sangre hacia el frente de la tienda de reunión, siete veces.
5 Luego la novilla será quemada en su presencia; todo se quemará, su cuero, su carne, su sangre y su estiércol.
6 El sacerdote tomará madera de cedro, e hisopo y escarlata, y los echará en medio del fuego en que arde la novilla.