6 Ven ahora, te ruego, y maldíceme a este pueblo porque es demasiado poderoso para mí; quizá pueda derrotarlos y echarlos de la tierra. Porque yo sé que a quien tú bendices es bendecido, y a quien tú maldices es maldecido."
7 Los ancianos de Moab y los ancianos de Madián fueron con el precio de la adivinación en la mano; y llegaron a Balaam, y le repitieron las palabras de Balac.
8 Y él les dijo: "Pasen la noche aquí y yo les traeré palabra según lo que el Señor me diga." Y los jefes de Moab se quedaron con Balaam.
9 Entonces Dios vino a Balaam y le preguntó: "¿Quiénes son estos hombres que están contigo?"
10 Y Balaam respondió a Dios: "Balac, hijo de Zipor, rey de Moab, me ha enviado un mensaje:
11 'Mira, el pueblo que salió de Egipto cubre la superficie de la tierra; ven ahora, maldícemelos; quizá yo pueda pelear contra ellos y expulsarlos.'"
12 Y Dios dijo a Balaam: "No vayas con ellos; no maldecirás al pueblo, porque es bendito."