28 Pero si la mujer no se ha contaminado y es limpia, quedará libre y concebirá hijos.
29 Esta es la ley de los celos: Cuando una mujer que esté sujeta a su marido, se desvíe y se contamine,
30 o cuando un espíritu de celos venga sobre alguien y esté celoso de su mujer, entonces hará que la mujer se presente delante del Señor, y el sacerdote le aplicará a ella toda esta ley.
31 Además, el marido quedará libre de culpa, pero la mujer llevará su culpa.'"