4 Una cosa he pedido al Señor, y ésa buscaré: Que habite yo en la casa del Señor todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura del Señor Y para meditar en Su templo.
5 Porque en el día de la angustia me esconderá en Su tabernáculo; En lo secreto de Su tienda me ocultará; Sobre una roca me pondrá en alto.
6 Entonces será levantada mi cabeza sobre mis enemigos que me cercan, Y en Su tienda ofreceré sacrificios con voces de júbilo; Cantaré, sí, cantaré alabanzas al Señor.
7 Escucha, oh Señor, mi voz cuando clamo; Ten piedad de mí, y respóndeme.
8 Cuando dijiste: "Busquen Mi rostro," mi corazón Te respondió: "Tu rostro, Señor, buscaré."
9 No escondas Tu rostro de mí; No rechaces con ira a Tu siervo; Tú has sido mi ayuda. No me abandones ni me desampares, Oh Dios de mi salvación.
10 Porque aunque mi padre y mi madre me hayan abandonado, El Señor me recogerá.