1 Oigan esto, pueblos todos; Escuchen, habitantes todos del mundo,
2 Tanto humildes como encumbrados, Ricos y pobres juntos.
3 Mi boca hablará sabiduría, Y la meditación de mi corazón será entendimiento.
4 Inclinaré al proverbio mi oído, Con el arpa declararé mi enigma.
5 ¿Por qué he de temer en los días de adversidad Cuando la iniquidad de mis enemigos me rodee,
6 De los que confían en sus bienes Y se jactan de la abundancia de sus riquezas?
7 Nadie puede en manera alguna redimir a su hermano, Ni dar a Dios rescate por él,