8 Pero si aun nosotros, o un ángel del cielo, les anunciara otro evangelio contrario al que les hemos anunciado, sea anatema (maldito).
9 Como hemos dicho antes, también repito ahora: Si alguien les anuncia un evangelio contrario al que recibieron, sea anatema.
10 Porque ¿busco ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O me esfuerzo por agradar a los hombres? Si yo todavía estuviera tratando de agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo.
11 Pues quiero que sepan, hermanos, que el evangelio que fue anunciado por mí no es según el hombre.
12 Pues ni lo recibí de hombre, ni me fue enseñado, sino que lo recibí por medio de una revelación de Jesucristo.
13 Porque ustedes han oído acerca de mi antigua manera de vivir en el Judaísmo, de cuán desmedidamente perseguía yo a la iglesia de Dios y trataba de destruirla.
14 Yo aventajaba en el Judaísmo a muchos de mis compatriotas (entre los de mi raza) contemporáneos, mostrando mucho más celo por las tradiciones de mis antepasados.