32 Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa.
33 El carcelero los tomó en aquella misma hora de la noche y les lavó las heridas, y enseguida fue bautizado con todos los suyos.
34 Llevándolos a su hogar, les dio de comer, y se regocijó grandemente por haber creído en Dios con todos los suyos.
35 Cuando se hizo de día, los magistrados superiores enviaron a sus oficiales, diciendo: "Suelta a esos hombres."
36 El carcelero comunicó a Pablo estas palabras, diciendo: " Los magistrados superiores han dado orden de que les suelte. Así que, salgan ahora y vayan en paz."
37 Pero Pablo les dijo: "Aunque somos ciudadanos Romanos, nos han azotado públicamente sin hacernos juicio y nos han echado a la cárcel; ¿y ahora nos sueltan en secreto? ¡De ninguna manera! Que ellos mismos vengan a sacarnos."
38 Los oficiales informaron esto a los magistrados superiores, y al saber que eran ciudadanos Romanos, tuvieron temor.