1 Jesús les contó una parábola para enseñarles que ellos debían orar en todo tiempo, y no desfallecer:
2 "Había en cierta ciudad un juez que ni temía a Dios ni respetaba a hombre alguno.
3 También había en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él constantemente, diciendo: 'Hágame usted justicia de mi adversario.'
4 Por algún tiempo el juez no quiso, pero después dijo para sí: 'Aunque ni temo a Dios, ni respeto a hombre alguno,