2 de que tengo gran tristeza y continuo dolor en mi corazón.
3 Porque desearía yo mismo ser anatema (maldito), separado de Cristo por amor a mis hermanos, mis parientes (los de mi raza) según la carne.
4 Porque son Israelitas, a quienes pertenece la adopción como hijos, y la gloria, los pactos, la promulgación de la ley, el culto y las promesas,
5 de quienes son los patriarcas, y de quienes, según la carne, procede el Cristo (el Mesías), el cual está sobre todas las cosas, Dios bendito por los siglos. Amén.
6 Pero no es que la palabra de Dios haya fallado. Porque no todos los descendientes de Israel son Israel;
7 ni son todos hijos por ser descendientes de Abraham, sino que "por Isaac sera llamada tu descendencia."
8 Esto es, no son los hijos de la carne los que son hijos de Dios, sino que los hijos de la promesa son considerados como descendientes.