52 Así que los hombres de Israel y Judá dieron un gran grito de triunfo y corrieron tras los filisteos, persiguiéndolos tan lejos como Gat y hasta las puertas de Ecrón. Los cuerpos de los filisteos muertos y heridos estuvieron esparcidos a lo largo del camino de Saaraim, hasta Gat y Ecrón.
53 Luego el ejército de Israel regresó y saqueó el campamento abandonado de los filisteos.
54 (David llevó la cabeza del filisteo a Jerusalén, pero guardó la armadura en su propia carpa).
55 Al observar a David pelear contra el filisteo, Saúl le preguntó a Abner, el comandante de su ejército:—Abner, ¿quién es el padre de este muchacho?—En realidad no lo sé —declaró Abner.
56 —Bueno, ¡averigua quién es! —le dijo el rey.
57 Tan pronto como David regresó de matar a Goliat, Abner lo llevó ante Saúl con la cabeza del filisteo todavía en la mano.
58 —Dime quién es tu padre, muchacho —le dijo Saúl.—Su nombre es Isaí, y vivimos en Belén —contestó David.