21 Cuando Saúl se enteró de lo que había pasado, envió a otras tropas, ¡pero ellos también profetizaron! Lo mismo sucedió por tercera vez.
22 Finalmente, Saúl mismo fue a Ramá y llegó al gran pozo en Secú.—¿Dónde están Samuel y David? —preguntó.—Están en Naiot de Ramá —le informó alguien.
23 Pero camino a Naiot de Ramá, el Espíritu de Dios vino incluso sobre Saúl, ¡y él también comenzó a profetizar por todo el camino hasta Naiot!
24 Se quitó la ropa a tirones y quedó desnudo acostado sobre el suelo todo el día y toda la noche, profetizando en presencia de Samuel. La gente que lo vio exclamó: «¿Qué? ¿Hasta Saúl es profeta?».