1 Luego Ana oró:«¡Mi corazón se alegra en el Señor!El Señor me ha fortalecido.Ahora tengo una respuesta para mis enemigos;me alegro porque tú me rescataste.
2 ¡Nadie es santo como el Señor!Aparte de ti, no hay nadie;no hay Roca como nuestro Dios.
3 »¡Dejen de ser tan orgullosos y altaneros!¡No hablen con tanta arrogancia!Pues el Señor es un Dios que sabe lo que han hecho;él juzgará sus acciones.
4 El arco de los poderosos está quebrado,y los que tropezaban ahora son fuertes.