17 Así que el pecado de estos jóvenes era muy serio ante los ojos del Señor, porque trataban las ofrendas del Señor con desprecio.
18 Pero Samuel, aunque era solo un niño, servía al Señor; vestía una túnica de lino como la del sacerdote.
19 Cada año su madre le hacía un pequeño abrigo y se lo llevaba cuando iba con su esposo para el sacrificio.
20 Antes de que ellos regresaran a su casa, Elí bendecía a Elcana y a su esposa diciendo: «Que el Señor les dé otros hijos para que tomen el lugar de este que ella entregó al Señor».
21 Entonces el Señor le dio a Ana tres hijos y dos hijas. Entre tanto, Samuel crecía en la presencia del Señor.
22 Ahora bien, Elí era muy viejo, pero estaba consciente de lo que sus hijos le hacían al pueblo de Israel. Por ejemplo, sabía que sus hijos seducían a las jóvenes que ayudaban a la entrada del tabernáculo.
23 Elí les dijo: «He oído lo que la gente dice acerca de las cosas perversas que ustedes hacen. ¿Por qué siguen pecando?