25 El rey Josafat y sus hombres salieron a recoger el botín. Encontraron una enorme cantidad de objetos, vestidos y otros artículos valiosos, más de lo que podían cargar. ¡Había tanto botín que les llevó tres días solo para juntarlo!
26 Al cuarto día se reunieron en el valle de la Bendición, el cual recibió ese nombre aquel día porque allí el pueblo alabó y agradeció al Señor. Aún se conoce como valle de la Bendición hasta el día de hoy.
27 Luego todos los hombres volvieron a Jerusalén, con Josafat a la cabeza, rebosando de alegría porque el Señor les había dado la victoria sobre sus enemigos.
28 Entraron a Jerusalén al son de arpas, liras y trompetas, y se dirigieron al templo del Señor.
29 Cuando todos los reinos vecinos oyeron que el Señor mismo había luchado contra los enemigos de Israel, el temor de Dios se apoderó de ellos.
30 Así que el reino de Josafat tuvo paz, porque su Dios le había dado descanso por todo el territorio.
31 De manera que Josafat gobernó la tierra de Judá. Tenía treinta y cinco años cuando subió al trono y reinó en Jerusalén veinticinco años. Su madre era Azuba, hija de Silhi.