3 En el primer mes del primer año de su reinado, Ezequías reabrió las puertas del templo del Señor y las reparó.
4 Convocó a los sacerdotes y a los levitas a encontrarse con él en el atrio al oriente del templo.
5 Les dijo: «¡Levitas, escúchenme! Purifíquense ustedes y purifiquen el templo del Señor, Dios de sus antepasados. Quiten del santuario todos los objetos contaminados.
6 Nuestros antepasados fueron infieles e hicieron lo malo a los ojos del Señor nuestro Dios. Abandonaron al Señor y el lugar donde él habita; le dieron la espalda.
7 También cerraron las puertas de la antesala del templo y apagaron las lámparas. Dejaron de quemar incienso y de presentar ofrendas quemadas en el santuario del Dios de Israel.
8 »Por eso el enojo del Señor ha caído sobre Judá y Jerusalén. Él los hizo objeto de espanto, horror y ridículo, como ustedes pueden ver con sus propios ojos.
9 Debido a eso, nuestros padres murieron en batalla, y nuestros hijos, hijas y esposas fueron capturados;