12 Luego una noche el Señor se le apareció a Salomón y le dijo:«He oído tu oración y he elegido este templo como el lugar para que se realicen sacrificios.
13 Puede ser que a veces yo cierre los cielos para que no llueva o mande langostas para que devoren las cosechas o envíe plagas entre ustedes;
14 pero si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, busca mi rostro y se aparta de su conducta perversa, yo oiré desde el cielo, perdonaré sus pecados y restauraré su tierra.
15 Mis ojos estarán abiertos y mis oídos atentos a cada oración que se eleve en este lugar.
16 Pues he elegido este templo y lo he apartado para que sea santo, un lugar donde mi nombre será honrado para siempre. Lo vigilaré sin cesar, porque es muy preciado a mi corazón.
17 »En cuanto a ti, si me sigues fielmente como lo hizo tu padre David y obedeces todos mis mandatos, decretos y ordenanzas,
18 entonces yo estableceré tu dinastía en el trono. Pues hice este pacto con tu padre David cuando le dije: “Uno de tus descendientes siempre gobernará a Israel”.