17 Hasta sacrificaron a sus hijos y a sus hijas en el fuego. Consultaron con adivinos, practicaron la hechicería y se entregaron por completo al mal, con lo cual provocaron el enojo del Señor.
18 Como el Señor estaba muy enojado con los israelitas, los barrió de su presencia. Solo la tribu de Judá quedó en la tierra;
19 pero aun los de Judá se negaron a obedecer los mandatos del Señor su Dios, ya que siguieron las prácticas perversas que Israel había introducido.
20 El Señor rechazó a todos los descendientes de Israel. Los castigó entregándolos a sus agresores hasta expulsar a Israel de su presencia.
21 Pues cuando el Señor arrancó a Israel del reino de David, los israelitas escogieron a Jeroboam, hijo de Nabat, como su rey; pero Jeroboam alejó a Israel del Señor y lo hizo cometer un gran pecado.
22 Los israelitas persistieron en seguir todos los caminos perversos de Jeroboam. No se apartaron de esos pecados
23 hasta que finalmente el Señor los barrió de su presencia, tal como les habían advertido todos los profetas. En consecuencia, los israelitas fueron desterrados y deportados a Asiria, donde se encuentran hasta el día de hoy.