6 Entonces Jehú dejó a los otros y entró en la casa. Acto seguido, el joven profeta derramó el aceite sobre la cabeza de Jehú y dijo: «Esto es lo que el Señor, Dios de Israel, dice: “Yo te unjo rey del pueblo del Señor, Israel.
7 Tú destruirás a la familia de Acab, tu amo. Así vengaré el asesinato de mis profetas y de todos los siervos del Señor a quienes Jezabel mató.
8 Es preciso que toda la familia de Acab sea aniquilada. Destruiré a cada uno de sus descendientes varones, tanto esclavos como libres, en todo Israel.
9 Destruiré a la familia de Acab así como destruí a las familias de Jeroboam, hijo de Nabat, y de Baasa, hijo de Ahías.
10 Los perros se comerán a Jezabel, la esposa de Acab, en la parcela en Jezreel, y nadie la enterrará”». Enseguida el joven profeta abrió la puerta y salió corriendo.
11 Jehú regresó a donde estaban los otros oficiales y uno de ellos le preguntó:—¿Qué quería ese loco? ¿Está todo bien?—Ya sabes cómo parlotea un hombre de esos —contestó Jehú.
12 —Estás ocultando algo —le dijeron ellos—, cuéntanos.Entonces Jehú les contó:—Él me dijo: “Esto dice el Señor: ‘Yo te he ungido para que seas rey de Israel’”.