18 Sin embargo, un muchacho los vio en En-rogel, y se lo contó a Absalón, así que escaparon a toda prisa a Bahurim donde un hombre los escondió dentro de un pozo en su patio.
19 La esposa del hombre puso una tela sobre la boca del pozo y esparció grano encima para que se secara al sol; por eso nadie sospechó que estaban allí.
20 Cuando llegaron los hombres de Absalón, le preguntaron a la mujer:—¿Has visto a Ahimaas y a Jonatán?La mujer contestó:—Estuvieron aquí, pero cruzaron el arroyo.Entonces los hombres de Absalón los buscaron sin éxito y regresaron a Jerusalén.
21 Luego los dos hombres salieron del pozo y se apresuraron a ir donde estaba el rey David. «¡Rápido —le dijeron—, cruce el Jordán esta misma noche!». Y le contaron cómo Ahitofel había aconsejado que lo capturaran y lo mataran.
22 Entonces David y los que estaban con él cruzaron el río Jordán durante la noche, y todos llegaron a la otra orilla antes del amanecer.
23 Cuando Ahitofel se dio cuenta de que no se había seguido su consejo, ensilló su burro y se fue a su pueblo natal, donde puso sus asuntos en orden y se ahorcó. Murió allí y lo enterraron en la tumba de la familia.
24 Pronto David llegó a Mahanaim. A estas alturas, Absalón había movilizado a todo el ejército de Israel y estaba guiando a sus tropas a través del río Jordán.