8 El Señor Soberano ha jurado por su propio nombre y esto es lo que dice el Señor de los Ejércitos Celestiales:«Desprecio la arrogancia de Israely odio sus fortalezas.Entregaré esta ciudada sus enemigos junto con todo lo que hay en ella».
9 (Si quedan diez hombres en una casa, todos morirán.
10 Luego, cuando el pariente responsable de deshacerse de los muertos entre en la casa para llevarse los cuerpos, le preguntará al último sobreviviente: «¿Está alguien más contigo?». Entonces, cuando la persona comience a jurar: «No, por. . .», lo interrumpirá y dirá: «¡Cállate! Ni siquiera menciones el nombre del Señor»).
11 Cuando el Señor dé la orden,las casas, tanto grandes como pequeñas, serán reducidas a escombros.
12 ¿Pueden galopar los caballos sobre rocas grandes?¿Se pueden usar bueyes para ararlas?Así de necios son ustedes cuando convierten la justicia en venenoy el fruto dulce de la rectitud en amargura.
13 Ustedes se jactan de su conquista de Lo-debary alardean: «¿No tomamos Carnáyim por nuestra propia fuerza?».
14 «Oh pueblo de Israel, estoy a punto de levantar una nación enemiga contra ti—dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—.Los oprimirán por todo su territorio,desde Lebo-hamat en el nortehasta el valle de Arabá en el sur».