3 Así que el Señor se retractó de ese plan y dijo:—No lo haré.
4 Después el Señor Soberano me mostró otra visión. Lo vi preparándose para castigar a su pueblo con un gran fuego. El fuego había quemado las profundidades del mar e iba devorando toda la tierra.
5 Entonces dije:—Oh Señor Soberano, por favor, detente o no sobreviviremos, porque Israel es tan pequeño.
6 Entonces el Señor también se retractó de ese plan.—Tampoco lo haré —dijo el Señor Soberano.
7 Luego me mostró otra visión. Vi al Señor de pie al lado de una pared que se había construido usando una plomada. Usaba la plomada para ver si aún estaba derecha.
8 Entonces el Señor me dijo:—Amós, ¿qué ves?—Una plomada —contesté.Y el Señor respondió:—Probaré a mi pueblo con esta plomada. Ya no pasaré por alto sus pecados.
9 Los altares paganos de sus antepasados quedarán en ruinas y los santuarios de Israel serán destruidos; acabaré de forma repentina con la dinastía del rey Jeroboam.