6 Entonces el Señor también se retractó de ese plan.—Tampoco lo haré —dijo el Señor Soberano.
7 Luego me mostró otra visión. Vi al Señor de pie al lado de una pared que se había construido usando una plomada. Usaba la plomada para ver si aún estaba derecha.
8 Entonces el Señor me dijo:—Amós, ¿qué ves?—Una plomada —contesté.Y el Señor respondió:—Probaré a mi pueblo con esta plomada. Ya no pasaré por alto sus pecados.
9 Los altares paganos de sus antepasados quedarán en ruinas y los santuarios de Israel serán destruidos; acabaré de forma repentina con la dinastía del rey Jeroboam.
10 Luego Amasías, el sacerdote de Betel, mandó un mensaje a Jeroboam, rey de Israel: «¡Amós está tramando una conspiración contra usted, aquí mismo en el umbral de su casa! Lo que él dice es intolerable.
11 Anda diciendo: “Pronto matarán a Jeroboam y el pueblo de Israel será enviado al destierro”».
12 Entonces Amasías envió órdenes a Amós:—¡Vete de aquí, profeta! ¡Regresa a la tierra de Judá y gánate la vida profetizando allí!