3 Los sabios resplandecerán tan brillantes como el cielo y quienes conducen a muchos a la justicia brillarán como estrellas para siempre.
4 Pero tú, Daniel, mantén en secreto esta profecía; sella el libro hasta el tiempo del fin, cuando muchos correrán de aquí para allá y el conocimiento aumentará.
5 Entonces yo, Daniel, vi a otros dos que estaban de pie en lados opuestos del río.
6 Uno de ellos le preguntó al hombre vestido de lino, que estaba de pie sobre el río:—¿Cuánto tiempo pasará hasta que terminen estos espantosos sucesos?
7 El hombre vestido de lino —que estaba de pie sobre el río— levantó ambas manos hacia el cielo e hizo un juramento solemne por aquel que vive para siempre diciendo:—Durará por un tiempo, tiempos y medio tiempo. Cuando finalmente termine el quebrantamiento del pueblo santo, todas estas cosas habrán sucedido.
8 Oí lo que dijo, pero no entendí el significado. Entonces le pregunté:—Mi señor, ¿cómo terminará todo esto?
9 Pero él dijo:—Vete ya, Daniel, porque lo que he dicho se mantendrá en secreto y sellado hasta el tiempo del fin.