19 »Entonces, tal como el Señor nuestro Dios nos ordenó, partimos del monte Sinaí y cruzamos el inmenso y terrible desierto, como seguramente ustedes recuerdan, y nos dirigimos hacia el territorio montañoso de los amorreos. Al llegar a Cades-barnea,
20 les dije: “Han llegado al territorio montañoso de los amorreos, el cual el Señor nuestro Dios nos da.
21 ¡Miren! El Señor ha puesto esta tierra delante de ustedes. Vayan y tomen posesión de ella como les dijo el Señor en su promesa, el Dios de sus antepasados. ¡No tengan miedo ni se desanimen!”.
22 »Sin embargo, todos ustedes se acercaron y me dijeron: “Primero enviemos espías a que exploren la tierra por nosotros. Ellos nos aconsejarán cuál es la mejor ruta para tomar y en qué aldeas entrar”.
23 »Me pareció una buena idea, así que elegí a doce espías, uno de cada tribu.
24 Se dirigieron hacia la zona montañosa, llegaron hasta el valle de Escol y lo exploraron.
25 Cortaron algunos frutos y los trajeron; luego nos informaron lo siguiente: “La tierra que el Señor nuestro Dios nos ha dado es en verdad una muy buena tierra”.