24 “Oh Señor Soberano, a mí, tu siervo, recién has comenzado a mostrar tu grandeza y la fuerza de tu mano. ¿Acaso hay otro dios en el cielo o en la tierra que pueda hacer cosas tan grandes y poderosas como las que haces tú?
25 Te pido, por favor, que me permitas cruzar el Jordán para ver esa tierra maravillosa que hay del otro lado, la bella zona montañosa y los montes del Líbano”.
26 »Pero el Señor estaba enojado conmigo por culpa de ustedes y no quiso escucharme. “¡Ya basta! —exclamó—. Ni una sola palabra más sobre ese asunto.
27 Pero sube a la cima del monte Pisga y mira la tierra en todas las direcciones. Mírala bien, pero no cruzarás el río Jordán.
28 Por lo tanto, encarga a Josué y dale ánimo y fuerzas, porque él guiará al pueblo en el cruce del Jordán. Les dará como posesión toda la tierra que ahora ves frente a ti”.
29 Así que nos quedamos en el valle que está cerca de Bet-peor.