13 Pero Moisés suplicó de nuevo:—¡Te lo ruego, Señor! Envía a cualquier otro.
14 Entonces el Señor se enojó con Moisés y le dijo:—De acuerdo, ¿qué te parece tu hermano Aarón, el levita? Sé que él habla muy bien. ¡Mira! Ya viene en camino para encontrarte y estará encantado de verte.
15 Habla con él y pon las palabras en su boca. Yo estaré con los dos cuando hablen y les enseñaré lo que tienen que hacer.
16 Aarón será tu vocero ante el pueblo. Él será tu portavoz, y tú tomarás el lugar de Dios ante él al decirle lo que tiene que hablar.
17 Lleva contigo tu vara de pastor y úsala para realizar las señales milagrosas que te mostré.
18 Luego Moisés volvió a la casa de Jetro, su suegro, y le dijo:—Por favor, permíteme volver a Egipto para visitar a mis parientes. Ni siquiera sé si todavía viven.—Ve en paz —le respondió Jetro.
19 Antes de que Moisés saliera de Madián, el Señor le dijo: «Regresa a Egipto, porque ya han muerto todos los que querían matarte».