20 Miren, hay una pequeña aldea cerca. Por favor, déjenme ir allá; ¿no ven lo pequeña que es? Así no perderé la vida.
21 —Está bien —dijo el ángel—, concederé tu petición. No destruiré la pequeña aldea.
22 ¡Pero apresúrate! Escapa a la aldea, porque no puedo hacer nada hasta que llegues allí. (Esto explica por qué aquella aldea se conocía como Zoar, que significa «lugar pequeño»).
23 Lot llegó a la aldea justo cuando el sol salía en el horizonte.
24 Enseguida el Señor hizo llover de los cielos fuego y azufre ardiente sobre Sodoma y Gomorra.
25 Las destruyó por completo, junto con las demás ciudades y aldeas de la llanura. Así arrasó a todas las personas y a toda la vegetación;
26 pero la esposa de Lot miró hacia atrás mientras lo seguía y quedó convertida en una estatua de sal.