14 Pero Jacob cruzó sus brazos cuando los extendió para poner sus manos sobre la cabeza de los muchachos: es decir, puso su mano derecha sobre la cabeza de Efraín —aunque él era el menor— y su mano izquierda sobre la cabeza de Manasés, que era el hijo mayor.
15 Luego bendijo a José con las siguientes palabras:«Que el Dios delante del cual caminaronmi abuelo Abraham y mi padre Isaac—el Dios que ha sido mi pastortoda mi vida, hasta el día de hoy,
16 el Ángel que me ha salvado de todo mal—bendiga a estos muchachos.Que ellos preserven mi nombrey el nombre de Abraham y de Isaac.Y que su descendencia se multiplique en gran manerapor toda la tierra».
17 Pero José se molestó cuando vio que su padre puso la mano derecha sobre la cabeza de Efraín. Entonces José se la levantó para pasarla de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés.
18 —No, padre mío —le dijo—. Este es el hijo mayor; pon tu mano derecha sobre su cabeza.
19 Pero su padre se negó a hacerlo.—Ya lo sé, hijo mío, lo sé —respondió él—. Manasés también llegará a ser un gran pueblo, pero su hermano menor será aún más grande y de su descendencia se formarán una multitud de naciones.
20 Así que, aquel día, Jacob bendijo a los muchachos con esta bendición: «El pueblo de Israel usará el nombre de ustedes cuando impartan una bendición. Dirán: “Que Dios los haga tan prósperos como a Efraín y a Manasés”». De esta manera, Jacob puso a Efraín antes de Manasés.