7 »Hace mucho tiempo, cuando yo regresaba de Padán-aram, Raquel murió en la tierra de Canaán. Todavía íbamos en viaje y bastante lejos de Efrata (es decir, Belén). Con mucha tristeza, la enterré allí, junto al camino que va a Efrata.
8 Entonces Jacob miró a los dos muchachos.—¿Son estos tus hijos? —preguntó.
9 —Sí —le dijo José—, estos son los hijos que Dios me ha dado aquí en Egipto.Y Jacob dijo:—Acércalos más a mí, para que pueda bendecirlos.
10 Jacob casi había perdido la vista debido a su avanzada edad y apenas podía ver. Entonces José le acercó a los muchachos, y Jacob los besó y los abrazó.
11 Entonces Jacob le dijo a José:—Nunca pensé que volvería a ver tu rostro, ¡pero ahora Dios me ha permitido ver también a tus hijos!
12 José retiró a los muchachos de las rodillas de su abuelo, y se inclinó con el rostro hacia el suelo.
13 Después puso a los muchachos delante de Jacob. Con su mano derecha dirigió a Efraín hacia la mano izquierda de Jacob, y con su mano izquierda puso a Manasés a la mano derecha de Jacob.