3 “¿Alguno de ustedes recuerda esta casa —este templo— con su antiguo esplendor? ¿Cómo se compara este con el otro? ¡No se parecen en nada!
4 Sin embargo, ahora el Señor dice: Zorobabel, sé fuerte. Jesúa, hijo de Josadac, sumo sacerdote, sé fuerte. Ustedes que aún quedan en la tierra, sean fuertes. Así que ahora, ¡manos a la obra!, porque yo estoy con ustedes, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales.
5 Mi Espíritu permanece entre ustedes, así como lo prometí cuando salieron de Egipto. Por lo tanto, no teman”.
6 »El Señor de los Ejércitos Celestiales dice: “Dentro de poco, haré temblar los cielos y la tierra, los océanos y la tierra firme una vez más.
7 Haré temblar a todas las naciones y traerán los tesoros de todos las naciones a este templo. Llenaré este lugar de gloria —dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—.
8 La plata es mía y el oro es mío —dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—.
9 La futura gloria de este templo será mayor que su pasada gloria —dice el Señor de los Ejércitos Celestiales— y en este lugar, traeré paz. ¡Yo, el Señor de los Ejércitos Celestiales, he hablado!”».