2 Veo una visión aterradora:veo al traidor traicionando,al destructor destruyendo.Adelante, ustedes, elamitas y medos:ataquen y asedien.Yo pondré fin a todos los gemidosque provocó Babilonia.
3 El estómago me duele y me arde de dolor;me dominan agudas punzadas de angustia,como las de una mujer en parto.Me desmayo cuando oigo lo que Dios se propone hacer:tengo demasiado miedo para mirar.
4 La cabeza me da vueltas y se me acelera el corazón;anhelaba que llegara la noche,pero ahora la oscuridad me da terror.
5 ¡Miren! Están preparando un gran banquete;están extendiendo alfombras para que la gente se siente.Todos comen y beben.Pero ¡rápido!, tomen los escudos y prepárense para la batalla.¡Los están atacando!
6 Mientras tanto, el Señor me dijo:«Pon un centinela sobre la muralla de la ciudad;que advierta a gritos lo que ve.
7 Deberá estar atento por carros de guerratirados por un par de caballos,y jinetes sobre burros y camellos.Que el centinela esté bien alerta».
8 Luego el centinela gritó:«Día tras día me he mantenido de pie sobre la torre de vigilancia, mi señor;noche tras noche he permanecido en mi puesto.