1 »Desciende, hija virgen de Babilonia, y siéntate en el polvoporque han terminado tus días de estar sentada en el trono.Oh hija de Babilonia, nunca volverás a serla encantadora princesa, tierna y delicada.
2 Toma las pesadas ruedas de molino y muele la harina;quítate el velo y despójate de tu túnica.Descúbrete a la vista del público.
3 Quedarás desnuda y llena de vergüenza.Me vengaré de ti sin piedad».
4 Nuestro Redentor, cuyo nombre es el Señor de los Ejércitos Celestiales,es el Santo de Israel.
5 «Oh Babilonia hermosa, siéntate ahora en oscuridad y en silencio.Nunca más serás conocida como la reina de los reinos.
6 Pues yo estaba enojado con mi pueblo escogidoy lo castigué al dejar que cayera en tus manos.Sin embargo, tú, Babilonia, no les tuviste compasión.Hasta oprimiste a los ancianos.
7 Dijiste: “¡Reinaré para siempre, como reina del mundo!”.No reflexionaste sobre lo que hacías,ni pensaste en las consecuencias.