4 Pues antes de que este hijo tenga edad suficiente para decir “papá” o “mamá”, el rey de Asiria se llevará la abundancia de Damasco y las riquezas de Samaria».
5 Entonces el Señor volvió a hablar conmigo y me dijo:
6 «Mi cuidado del pueblo de Judá es como el delicado fluir de las aguas de Siloé, pero ellos lo han rechazado. Se alegran por lo que les sucederá al rey Rezín y al rey Peka.
7 Por lo tanto, el Señor los arrollará con una poderosa inundación del río Éufrates, el rey de Asiria con toda su gloria. La inundación desbordará todos los canales
8 y cubrirá a Judá hasta la barbilla. Extenderá sus alas y sumergirá a tu tierra de un extremo al otro, oh Emanuel.
9 »Reúnanse, naciones, y llénense de terror.Escuchen, todas ustedes, tierras lejanas:prepárense para la batalla, ¡pero serán aplastadas!Sí, prepárense para la batalla, ¡pero serán aplastadas!
10 Convoquen a sus asambleas de guerra, pero no les servirán de nada;desarrollen sus estrategias, pero no tendrán éxito,¡porque Dios está con nosotros!».