9 Luego el Señor extendió su mano, tocó mi boca y dijo:«¡Mira, he puesto mis palabras en tu boca!
10 Hoy te doy autoridadpara que hagas frente a naciones y reinos.A algunos deberás desarraigar, derribar,destruir y derrocar;a otros deberás edificary plantar».
11 Después el Señor me dijo:—¡Observa, Jeremías! ¿Qué es lo que ves?—Veo una rama de almendro —contesté.
12 —Así es —dijo el Señor—, y eso significa que yo estoy vigilando y ciertamente llevaré a cabo todos mis planes.
13 Después el Señor me habló nuevamente.—¿Qué es lo que ves ahora? —me preguntó.—Veo una olla de agua hirviendo que se derrama desde el norte —contesté.
14 —Sí —dijo el Señor—, porque el terror del norte hervirá y se derramará sobre la gente de esta tierra.
15 ¡Escucha! Estoy llamando a los ejércitos de los reinos del norte para que vengan a Jerusalén. ¡Yo, el Señor, he hablado!»Establecerán sus tronosa las puertas de la ciudad;atacarán los muros de Jerusalény a todas las demás ciudades de Judá.