22 ¡Escuchen! Oigan el terrible rugir de los ejércitos poderososmientras avanzan desde el norte.Las ciudades de Judá serán destruidasy se convertirán en guarida de chacales.
23 Yo sé, Señor, que nuestra vida no nos pertenece;no somos capaces de planear nuestro propio destino.
24 Así que corrígeme, Señor, pero, por favor, sé tierno;no me corrijas con enojo porque moriría.
25 Derrama tu ira sobre las naciones que se niegan a reconocerte,sobre los pueblos que no invocan tu nombre.Pues han devorado a tu pueblo Israel;lo han devorado y consumidoy han hecho de la tierra un desierto desolado.