10 Así que el Señor dice a su pueblo:«A ustedes les encanta andar lejos de míy no se han contenido.Por lo tanto, no los aceptaré más como mi pueblo;ahora les recordaré todas sus maldadesy los castigaré por sus pecados».
11 Luego el Señor me dijo:—Ya no ores más por este pueblo.
12 Cuando ellos ayunen no les prestaré atención. Cuando me presenten sus ofrendas quemadas y las ofrendas de grano, no las aceptaré. En cambio, los devoraré con guerra, hambre y enfermedad.
13 Luego dije:—Oh Señor Soberano, sus profetas les dicen: “Todo está bien, no vendrá guerra ni hambre. El Señor ciertamente les enviará paz”.
14 Entonces el Señor dijo:—Esos profetas dicen mentiras en mi nombre. Yo no los envié ni les dije que hablaran. No les transmití ningún mensaje. Ellos profetizan visiones y revelaciones que nunca han visto ni oído. Hablan necedades, producto de su propio corazón mentiroso.
15 Por lo tanto, esto dice el Señor: yo castigaré a esos profetas mentirosos, porque han hablado en mi nombre a pesar de que no los envié. Dicen que no vendrá guerra ni hambre, ¡pero ellos mismos morirán en la guerra y morirán de hambre!
16 En cuanto a aquellos a quienes profetizan, sus cadáveres serán arrojados en las calles de Jerusalén, víctimas del hambre y de la guerra. No quedará nadie para enterrarlos. Se habrán ido todos: esposos, esposas, hijos e hijas. Pues derramaré sobre ellos su propia maldad.