1 Esto me dijo el Señor: «Ve y habla directamente al rey de Judá. Dile:
2 “Rey de Judá, tú que te sientas en el trono de David, escucha el mensaje del Señor. Deja que tus ayudantes y tu pueblo también escuchen.
3 Esto dice el Señor: ‘Sean imparciales y justos. ¡Hagan lo que es correcto! Ayuden a quienes han sufrido robos; rescátenlos de sus opresores. ¡Abandonen sus malas acciones! No maltraten a los extranjeros, ni a los huérfanos ni a las viudas. ¡Dejen de matar al inocente!
4 Si me obedecen, siempre habrá un descendiente de David sentado en el trono aquí en Jerusalén. El rey entrará por las puertas del palacio en carros y a caballo, con su corte de ayudantes y súbditos.
5 Sin embargo, si rehúsan prestar atención a esta advertencia, les juro por mi propio nombre —dice el Señor—, que este palacio se convertirá en un montón de escombros’”».