1 Entonces los líderes guerrilleros, incluidos Johanán, hijo de Carea, y Jezanías, hijo de Osaías, junto con todo el pueblo, desde el menos importante hasta el más importante, se acercaron a
2 Jeremías el profeta y le dijeron:—Por favor, ora al Señor tu Dios por nosotros. Como puedes ver, somos un pequeño remanente comparado con lo que éramos antes.
3 Ora que el Señor tu Dios nos muestre qué hacer y adónde ir.
4 —Está bien —contestó Jeremías—, oraré al Señor su Dios, como me lo han pedido, y les diré todo lo que él diga. No les ocultaré nada.
5 Ellos dijeron a Jeremías:—¡Que el Señor tu Dios sea fiel testigo contra nosotros si rehusamos obedecer todo lo que él nos diga que hagamos!
6 Nos guste o no, obedeceremos al Señor nuestro Dios a quien te enviamos con nuestro ruego. Pues si le obedecemos, todo nos irá bien.