22 Y después que hablaba, no tenían nada que agregarporque mi consejo les satisfacía.
23 Anhelaban mis palabras como la gente anhela la lluvia;las bebían como a la lluvia refrescante de primavera.
24 Cuando estaban desanimados, yo les sonreía;mi mirada de aprobación era preciosa para ellos.
25 Como hace un jefe, yo les decía qué hacer.Vivía como un rey entre sus tropasy consolaba a los que estaban de luto.