2 «Si se pudiera pesar mi sufrimientoy poner mis problemas en la balanza,
3 pesarían más que toda la arena del mar.Por eso hablé impulsivamente.
4 Pues el Todopoderoso me ha derribado con sus flechas;y el veneno de ellas infecta mi espíritu.Los terrores de Dios están alineados contra mí.
5 ¿Acaso no tengo derecho a quejarme?¿No rebuznan los burros salvajes cuando no encuentran hierbay mugen los bueyes cuando no tienen qué comer?
6 ¿No se queja la gente cuando a la comida le falta sal?¿Hay alguien que desee comer la insípida clara del huevo?
7 Cuando la miro, mi apetito desaparece;¡solo pensar en comerla me da asco!
8 »¡Ah, que se otorgara mi petición!¡Que Dios me concediera mi deseo!