10 Entonces los hombres de Judá les preguntaron a los filisteos:—¿Por qué nos atacan?—Vinimos para capturar a Sansón —contestaron los filisteos—, y a vengarnos por lo que nos hizo.
11 Entonces tres mil hombres de Judá bajaron a buscar a Sansón, dentro de la cueva en la roca de Etam, y le dijeron:—¿No te das cuenta de que los filisteos nos gobiernan? ¿Qué nos estás haciendo?Pero Sansón les contestó:—Yo sólo les hice a ellos lo que ellos me hicieron a mí.
12 Pero los hombres de Judá le dijeron:—Vinimos para amarrarte y entregarte a los filisteos.—Está bien —les dijo Sansón—. Pero prométanme que no me matarán ustedes.
13 —Nosotros solo te amarraremos y te entregaremos a los filisteos —respondieron ellos—. No te mataremos.Así que lo amarraron con dos sogas nuevas y lo sacaron de la roca.
14 Cuando Sansón llegó a Lehi, los filisteos salieron gritando de triunfo. Sin embargo, el Espíritu del Señor vino con poder sobre Sansón, y él rompió las sogas que tenía atadas en los brazos como si fueran hilos de lino quemados, y cayeron de las muñecas.
15 Luego Sansón encontró la quijada de un burro recién matado. La levantó, y la usó para matar a mil filisteos.
16 Después dijo:«¡Con la quijada de un burro,los he apilado en montones!¡Con la quijada de un burro,he matado a mil hombres!».