6 Los israelitas sintieron lástima por su hermano Benjamín y dijeron: «Hoy ha sido cortada una de las tribus de Israel.
7 ¿Cómo podemos encontrar esposas para los pocos hombres que quedan, ya que hemos jurado por el Señor que no les daríamos nuestras hijas en matrimonio?».
8 Así que preguntaron: «¿Quién de entre las tribus de Israel no estuvo con nosotros en Mizpa cuando nos reunimos en asamblea en presencia del Señor?». Y descubrieron que ninguno de Jabes de Galaad había asistido a la asamblea.
9 Pues luego de contar a todos los presentes, no había nadie de Jabes de Galaad.
10 Entonces la asamblea envió a doce mil de sus mejores guerreros a Jabes de Galaad con órdenes de matar a todos los habitantes, entre ellos mujeres y niños.
11 «Lo que harán —les dijeron— es destruir por completo a todos los varones y a las mujeres que no sean vírgenes».
12 Entre los habitantes de Jabes de Galaad, encontraron a cuatrocientas muchachas vírgenes, que nunca se habían acostado con un hombre, y las llevaron al campamento en Silo, que está en la tierra de Canaán.