15 »El Señor trató con desdéna mis hombres valientes.A su orden llegó un gran ejércitopara aplastar a mis jóvenes guerreros.El Señor pisoteó su amada ciudadcomo se pisotean las uvas en un lagar.
16 »Por todas estas cosas lloro;lágrimas corren por mis mejillas.No tengo a nadie que me consuele;todos los que podrían alentarme están lejos.Mis hijos no tienen futuroporque el enemigo nos ha conquistado».
17 Jerusalén extiende la mano en busca de ayuda,pero nadie la consuela.El Señor ha dichode su pueblo Israel:«¡Que sus vecinos se conviertan en enemigos!¡Que sean desechados como un trapo sucio!».
18 «El Señor es justo —dijo Jerusalén—,porque yo me rebelé contra él.Escuchen, pueblos de todas partes;miren mi angustia y mi desesperación,porque mis hijos e hijasfueron llevados cautivos a tierras lejanas.
19 »Les supliqué ayuda a mis aliados,pero me traicionaron.Mis sacerdotes y mis líderesmurieron de hambre en la ciudad,mientras buscaban comidapara salvar sus vidas.
20 »¡Señor, mira mi angustia!Mi corazón está quebrantadoy mi alma desesperaporque me rebelé contra ti.En las calles la espada mata,y en casa solo hay muerte.
21 »Otros oyeron mis lamentospero nadie se volvió para consolarme.Cuando mis enemigos se enteraron de mis tribulacionesse pusieron felices al ver lo que habías hecho.Oh, manda el día que prometiste,cuando ellos sufrirán como he sufrido yo.