9 Las puertas de Jerusalén se han hundido en la tierra;él rompió sus cerrojos y sus barrotes.Sus reyes y príncipes fueron desterrados a tierras lejanas;su ley dejó de existir.Sus profetas no recibenmás visiones de parte del Señor.
10 Los líderes de la bella Jerusalénse sientan en el suelo en silencio;están vestidos de tela ásperay se echan polvo sobre la cabeza.Las jóvenes de Jerusalénbajan la cabeza avergonzadas.
11 Lloré hasta que no tuve más lágrimas;mi corazón está destrozado.Mi espíritu se derrama de angustiaal ver la situación desesperada de mi pueblo.Los niños y los bebésdesfallecen y mueren en las calles.
12 Claman a sus madres: «¡Necesitamos comida y bebida!».Sus vidas se extinguen en las callescomo la de un guerrero herido en la batalla;intentan respirar para mantenerse vivosmientras desfallecen en los brazos de sus madres.
13 ¿Qué puedo decir de ti?¿Quién ha visto alguna vez semejante dolor?Oh hija de Jerusalén,¿con qué puedo comparar tu angustia?Oh virgen hija de Sión,¿cómo puedo consolarte?Pues tu herida es tan profunda como el mar.¿Quién puede sanarte?
14 Tus profetas han declaradotantas tonterías; son falsas hasta la médula.No te salvaron del destierroexponiendo a la luz tus pecados.Más bien, te pintaron cuadros engañososy te llenaron de falsas esperanzas.
15 Todos los que pasan por tu camino te abuchean.Insultan a la bella Jerusalén y se burlan de ella diciendo:«¿Es esta la ciudad llamada “La más bella del mundo”y “La alegría de la tierra”?».