1 ¡Cómo perdió su brillo el oro!Hasta el oro más preciado se volvió opaco.¡Las piedras preciosas sagradasyacen esparcidas en las calles!
2 Miren cómo los preciosos hijos de Jerusalén,que valen su peso en oro puro,ahora son tratados como vasijas de barrohechas por un alfarero común y corriente.
3 Hasta los chacales amamantan a sus cachorros,pero mi pueblo Israel no lo hace;ignoran los llantos de sus hijos,como los avestruces del desierto.
4 La lengua reseca de sus pequeños,se pega al paladar a causa de la sed.Los niños lloran por pan,pero nadie tiene para darles.