9 Los panes les pertenecerán a Aarón y a sus descendientes, quienes los comerán en un lugar sagrado, porque son sumamente santos. Los sacerdotes tendrán el derecho perpetuo de exigir esta porción de las ofrendas especiales presentadas al Señor».
10 Cierto día, un hombre de madre israelita y de padre egipcio salió de su carpa y tuvo una pelea con un israelita.
11 Durante la pelea, el hijo de la madre israelita blasfemó el Nombre del Señor con una maldición. Así que llevaron a este hombre ante Moisés para ser juzgado. Su madre se llamaba Selomit, hija de Dibri de la tribu de Dan.
12 Lo tuvieron bajo vigilancia hasta que les fuera clara la voluntad del Señor sobre este asunto.
13 Luego el Señor le dijo a Moisés:
14 «Saca al blasfemo fuera del campamento, y diles a los que escucharon la maldición que pongan las manos sobre la cabeza del blasfemo. Después permite que toda la comunidad lo mate a pedradas.
15 Dile al pueblo de Israel: los que maldigan a su Dios serán castigados por su pecado.