27 Entonces, Moisés puso todo esto en las manos de Aarón y sus hijos, y los levantó al Señor como una ofrenda especial.
28 Luego Moisés les quitó de las manos todas estas ofrendas y las quemó sobre el altar, encima de la ofrenda quemada. Esta era la ofrenda de ordenación; era un aroma agradable, una ofrenda especial presentada al Señor.
29 Después Moisés tomó el pecho y lo levantó como una ofrenda especial al Señor. Esta era la porción que le pertenecía a Moisés del carnero de la ordenación, tal como el Señor le había ordenado.
30 A continuación Moisés tomó un poco del aceite de la unción y algo de la sangre que estaba en el altar y los roció sobre Aarón y sus vestiduras y sobre los hijos de Aarón y sus vestiduras. De esta manera, hizo santos a Aarón y a sus hijos junto con sus vestiduras.
31 Después Moisés les dijo a Aarón y a sus hijos: «Hiervan el resto de la carne de las ofrendas a la entrada del tabernáculo, y cómanla ahí mismo, junto con el pan que está en la cesta de las ofrendas para la ordenación, tal como lo ordené cuando dije: “Aarón y sus hijos se lo comerán”.
32 Quemen todo lo sobrante de la carne y del pan.
33 No salgan de la entrada del tabernáculo durante siete días, porque hasta entonces habrá terminado la ceremonia de la ordenación.