4 Los descendientes de Esaú en Edom podrán decir: «Hemos sido destrozados, pero reconstruiremos las ruinas».No obstante, el Señor de los Ejércitos Celestiales responde: «Puede ser que intenten reconstruirlas, pero yo las derribaré de nuevo. Su país será conocido como “tierra de perversidad” y su pueblo será llamado “el pueblo con quien el Señor está para siempre enojado”.
5 Cuando vean la destrucción con sus propios ojos, dirán: “¡Verdaderamente la grandeza del Señor se extiende más allá de las fronteras de Israel!”».
6 El Señor de los Ejércitos Celestiales dice a los sacerdotes: «Un hijo honra a su padre y un sirviente respeta a su señor. Si yo soy su padre y su señor, ¿dónde están el honor y el respeto que merezco? ¡Ustedes han tratado mi nombre con desprecio!»No obstante, preguntan: “¿De qué manera hemos tratado tu nombre con desprecio?”.
7 »Mostraron su desprecio al ofrecer sacrificios contaminados sobre mi altar.»Entonces preguntan: “¿Cómo hemos contaminado los sacrificios?”.»Los contaminaron al decir que el altar del Señor no merece respeto.
8 Cuando ofrecen animales ciegos como sacrificio, ¿acaso no está mal? ¿Y no está mal también ofrecer animales lisiados y enfermos? ¡Intenten dar este tipo de regalos al gobernador y vean qué contento se pone!, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales.
9 »¡Adelante, supliquen a Dios que sea misericordioso con ustedes! Pero cuando llevan esa clase de ofrendas a él, ¿por qué debería tratarlos bien?, pregunta el Señor de los Ejércitos Celestiales.
10 »¡Cómo quisiera que alguno de ustedes cerrara las puertas del templo para que esos sacrificios despreciables no fueran ofrecidos! No estoy nada contento con ustedes —dice el Señor de los Ejércitos Celestiales— y no aceptaré sus ofrendas.