12 me escabullí durante la noche, llevando conmigo a unos cuantos hombres. No le había dicho a nadie acerca de los planes que Dios había puesto en mi corazón para Jerusalén. No llevamos ningún animal de carga, con excepción del burro en el que yo cabalgaba.
13 Salí por la puerta del Valle cuando ya había oscurecido y pasé por el pozo del Chacal hacia la puerta del Estiércol para inspeccionar las murallas caídas y las puertas quemadas.
14 Luego fui a la puerta de la Fuente y al estanque del Rey, pero mi burro no pudo pasar por los escombros.
15 A pesar de que aún estaba oscuro, subí por el valle de Cedrón e inspeccioné la muralla, antes de regresar y entrar nuevamente por la puerta del Valle.
16 Los funcionarios de la ciudad no supieron de mi salida ni de lo que hice, porque aún no le había dicho nada a nadie sobre mis planes. Todavía no había hablado con los líderes judíos: los sacerdotes, los nobles, los funcionarios, ni con ningún otro en la administración;
17 pero ahora les dije:—Ustedes saben muy bien las dificultades en que estamos. Jerusalén yace en ruinas y sus puertas fueron destruidas por fuego. ¡Reconstruyamos la muralla de Jerusalén y pongamos fin a esta desgracia!
18 Después les conté cómo la bondadosa mano de Dios estaba sobre mí, y acerca de mi conversación con el rey.De inmediato contestaron:—¡Sí, reconstruyamos la muralla!Así que comenzaron la buena obra.